Un espacio de actualización en dificultades en lectura, escritura, habla y lenguaje
La brecha existente entre el conocimiento científico y la práctica en dificultades de aprendizaje y lenguaje
Alan Kamhi (2014) trata de describir la brecha existente entre el conocimiento científico y la práctica clínica en relación a las dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje. Se trata de una brecha comprensible, existen escasos mecanismos o perfiles que realicen esa transferencia de la investigación a la práctica, especialmente en campos que no han contado tradicionalmente con una estrecha vinculación con el mundo científico, como es el educativo. Por ello, tratamos de aportar nuestro grano de arena en este acercamiento, partiendo del artículo mencionado, a través de cinco ideas o concepciones que suelen llevar a confusión. Para ahondar en ellas o explorar otros conceptos similares, recomendamos acudir a la fuente original. Este autor nos propone, a los profesionales de la enseñanza que trabajamos con este alumnado, un ejercicio para tomar conciencia de dicha brecha. Plantea una serie de afirmaciones, de las cuales recogemos las 5 que consideramos más relevantes, y nos pide determinar para cada una de ellas si son verdaderas o falsas

Julia Hernández—
¿Cómo seleccionar o crear una intervención eficaz? La taxonomía de Fuchs

La investigación nos indica que entre el 5% y el 10% del alumnado precisa de intervenciones intensivas (O’Connor & Fuchs, 2013). Esto quiere decir que los profesionales de educación especial deben ser capaces de identificar, seleccionar y diseñar intervenciones específicas que respondan a este alumnado, así como las herramientas necesarias para realizar el seguimiento que garantice la eficacia de las mismas. Para ello, podemos recurrir a taxonomías como la de Fuchs et al. (2017), que nos señalan aquellos aspectos determinantes que deben incluir estas intervenciones. Analicemos cada una de las siete dimensiones propuestas por estos investigadores, incluyendo como ejemplo la valoración del programa PANDA.

Julia Hernández—
¿Cómo saber si un niño responde a la intervención? Un ejemplo de monitorización del progreso en la intervención en dislexia

No siempre es sencillo saber si un niño con dificultades graves y persistentes está mejorando con la intervención. Para ello recurrimos a la monitorización del progreso. Se trata de un sistema riguroso y actualizado para valorar los progresos del niño sesión a sesión. En este gráfico observamos una muestra de la monitorización del progreso de un niño que ha recibido intervención durante 18 semanas para mejorar su precisión y fluidez lectora.

Julia Hernández—
